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En la actualidad, las organizaciones conocen la relevancia de implementar acciones que puedan contribuir a fomentar un mundo sostenible, no solo por el cuidado del medioambiente y de sus colaboradores, sino también por la necesidad de optimizar sus procesos y reducir los costos asociados a estos.

 

Por este motivo, en septiembre de 2015, la Asamblea General de Naciones Unidas adoptó en la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), una serie de acciones y metas universales para promover un mundo sin pobreza, más equitativo y más próspero. Estos ODS nacieron en base a las Metas del Milenio de la Organización de Naciones Unidas (ONU), que surgieron de un largo proceso de consulta a los diferentes países miembros y expertos en desarrollo.

 

Si bien es fundamental el rol de los Gobiernos para alcanzar los ODS, el sector privado también juega un rol clave, ya que pese a que las políticas públicas son responsabilidad del Estado, el cambio necesario para cumplir estos objetivos requiere de un enfoque integral que tome en cuenta las interconexiones entre las diferentes dimensiones del desarrollo.

 

Según la Iniciativa de Reporte Global (GRI), organización que creó el primer estándar mundial de lineamientos para la elaboración de memorias de sostenibilidad, el 93% de los países miembros decidió consultar al sector privado para definir su estrategia para cumplir con los ODS. Además, la gran mayoría identificó que un rol activo de las empresas es vital para conseguir las metas establecidas.

 

Empleo y crecimiento económico

 

Una de las contribuciones más importantes que pueden hacer las empresas es generar empleos y promover el crecimiento económico. Esto ayudará a cumplir los objetivos 8 y 9 de la Agenda 2030: “Trabajo decente y crecimiento económico” e “Industria, innovación e infraestructura”, respectivamente. Y si bien es necesario que los Gobiernos generen un ambiente idóneo para alcanzar estos objetivos, promoviendo el emprendimiento y el crecimiento de las empresas para generar más y mejores empleos, el papel que juega el sector privado sigue siendo relevante.

 

En este sentido, las organizaciones deben llevar sus operaciones de manera sustentable, respetando siempre los derechos de los colaboradores, el medio ambiente y a las comunidades donde llevan a cabo sus operaciones, además de promover la equidad de género, a través del empoderamiento de mujeres, entre otros aspectos.

 

No obstante, uno de los principales problemas es que muchas empresas todavía ven estos aspectos como costos adicionales o trámites burocráticos para obtener certificaciones. Según una encuesta global del instituto McKinsey, la mayoría de las empresas no promueve activamente la sustentabilidad y apenas 30% de los ejecutivos encuestados señala que sus compañías buscan oportunidades de invertir en desarrollo sustentable o aplicarla en sus prácticas de negocios.

 

Pese a esto, los cargos superiores e intermedios sí creen en su importancia, tanto para las organizaciones como para la sociedad. A su vez, entienden que los temas asociados a la sustentabilidad pueden llegar a representar grandes oportunidades para las compañías, por lo que deben formar parte de la estrategia de la organización y no considerarlos como temas aislados.

 

Es por esto que más de 90 empresas de Chile se han adherido al Pacto Global, además de más de 10 mil compañías de otros 160 países, cuyos objetivos están alineados con los ODS y la Agenda 2030. Según la oficina de las Naciones Unidas de México, desde 2015 el 24% de las 50 empresas más grandes del país pertenecen a la Red Mexicana del Pacto Global. A medida que aumente este porcentaje, y que las empresas sean conducidas de manera responsable y sustentable, se espera cumplir con los objetivos 3, 5, 10, 11 y 13, “Salud y bienestar”, “Igualdad de género”, “Reducción de las desigualdades”, “Ciudades y comunidades sostenibles” y “Producción y consumo responsable”, respectivamente.

 

Nueva llamada a la acción

 

Nuevas soluciones tecnológicas

 

Por otra parte, el sector privado tiene un rol importante en generar nuevas soluciones tecnológicas para cumplir los ODS. En este sentido, las acciones propuestas para alcanzar dichos objetivos presentan nuevas oportunidades de negocio en recursos humanos, agricultura, salud y educación, entre otros sectores.

 

En el caso de RRHH, cada vez más organizaciones se apoyan en metodologías como People Analytics, capaces de ayudar a las compañías a conocer mejor a sus colaboradores y cumplir sus objetivos comerciales. Al implementar nuevas tecnologías, las empresas no solo pueden contribuir a alcanzar los ODS, sino también mayores utilidades, incrementar la productividad, optimizar la operación e incluso, mejorar el grado de satisfacción de los colaboradores.

 

Según Accenture, los ritmos de crecimiento económico global podrían duplicar los actuales a mediados de la próxima década, gracias al aumento de la productividad laboral (de hasta un 40%) como consecuencia de la implementación de Inteligencia Artificial.

 

Adicionalmente, las compañías pueden contribuir a desarrollar mejores alternativas para monitorear el progreso del cumplimiento de los ODS, a través de información completa y desagregada con nuevos sistemas de información que se adecuen a las necesidades de los usuarios. Este tipo de tecnologías ya se usa de forma habitual en áreas como Recursos Humanos, en las que gracias a software para la gestión de personas los líderes pueden tomar mejores decisiones.

 

Alianza público-privada

Por otra parte, con el uso de herramientas tecnológicas, las compañías tienen la oportunidad de identificar cómo atender las necesidades de los Gobiernos, lo que a su vez puede generar buenas oportunidades de negocio para empresas de tecnología y manejo de datos. A su vez, esto ayudará al cumplimiento de los objetivos 1, 2, 3, 6, 7, 11, 15 y 17 de la Agenda 2030, “Fin de la pobreza”, “Cero hambre”, “Salud y bienestar”, “Agua limpia y saneamiento”, “Energía asequible y no contaminante”, “Ciudades y comunidades sostenibles”, “Vida de ecosistemas terrestres” y “Alianzas para lograr los objetivos”, respectivamente.

 

Algunas buenas prácticas para fomentar un mundo más sostenible

  • Controlar y disminuir el consumo energético.
  • Seleccionar proveedores con compromiso ambiental.
  • Promover la utilización de medios de transporte sostenibles.
  • Ahorrar papel.
  • Gestionar eficientemente los residuos.
  • Promocionar la educación y formación ambiental.
  • Integrar el ecodiseño.
  • Incentivar los comportamientos responsables de los clientes.
  • Colaborar con acciones sociales.
  • Medir y reducir la huella de carbono.
  • Preferir software integrales de gestión de procesos.

Independientemente del sector al que pertenezca una empresa, implementar este tipo de prácticas de sostenibilidad es sumamente beneficioso, incluso para las Pymes. Según Deloitte, entre los beneficios que brinda la sustentabilidad se encuentran el abatimiento de costos o mejora de márgenes por aumento de eficiencia, la disminución considerable de ciertos riesgos operativos, administrativos y estratégicos y operaciones más amigables con el medio ambiente.

 

Además de acceso a índices bursátiles exclusivos para las compañías líderes en este ramo, facilidades para fondos, incentivos y subsidios destinados únicamente a este tipo de negocios. Por otro lado, la atracción de nuevos clientes que buscan la opción más sustentable para sus consumos, facilidades que favorecen la supervivencia del negocio mediante la administración responsable de los recursos naturales, mantenimiento de relaciones positivas con la sociedad y el crecimiento económico de la compañía.

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