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El avance tecnológico en las organizaciones y los cambios que generan tendencias como la transformación digital en nuestro día a día hacen necesario el desarrollo de nuevas competencias en la fuerza de trabajo con la finalidad de adaptarnos y hacer frente a los rápidos cambios que implican.

El concepto de Inteligencia Emocional entendido como la capacidad de las personas de adaptarse al cambio a través de la comprensión y manejo de sus propias emociones (y la influencia en otros a través de esto). puede ayudarnos a comprender las competencias claves que los líderes necesitan desarrollar de cara a la gestión de equipos ante los cambios producidos por la transformación digital.

En relación a esto, la transformación digital es una tendencia bastante predominante en el mundo corporativo. Cada vez es más común escuchar sobre proyectos relacionados al tema en las organizaciones, aplicando capacidades digitales a procesos y productos, mejorando la eficiencia en los mismos. Esto presupone un cambio de foco desde los procesos hacia los datos, generando un cambio en las actividades de la empresa y replanteando su funcionamiento en base a evidencia.

Un gran ejemplo de esto en el mundo del capital humano, es la implementación de ecosistemas HCM (Human Capital Management) que permiten registrar y generar información en torno a los colaboradores en función de las acciones realizadas, permitiendo al área de gestión de personas generar insights para mejorar su gestión e impacto en las organizaciones.

Cuando hablamos de cambios de alto impacto en este contexto -como lo pueden ser proyectos de transformación digital- uno de los principales puntos a considerar es el efecto que generará en nuestra fuerza de trabajo, y ante esto, cabe preguntarse si contamos con personas con las competencias necesarias para llevar a cabo el cambio con éxito.

¿Pero qué hace a estas personas las adecuadas para impulsar el cambio en nuestros colaboradores?

Como mencionamos en anteriores artículos los cambios dentro de las organizaciones pueden generan distintos efectos en el personal, en este contexto la gestión del cambio en la transformación digital es un proceso clave a la hora de implementar soluciones tecnológicas en las organizaciones.

 Daniel Goleman en su libro “Emotional Intelligence” (1995) plantea la inteligencia emocional como un componente primordial en la gestión organizacional y esencial en los procesos de gestión del cambio.

 El autor caracteriza a la Inteligencia emocional como la capacidad de las personas para adaptarse a los cambios, la automotivación para alcanzar objetivos, mediante la comprensión de los sentimientos de otros buscando estimular las relaciones influyendo en ellas positivamente.

Elementos de la Inteligencia Emocional

Salovey plantea cinco competencias principales -que posteriormente desarrolla Goleman- que engloba la inteligencia emocional:


El conocimiento de las propias emociones

La capacidad de reconocer sentimientos y emociones en el momento de su aparición constituye la piedra angular de la inteligencia emocional, cuando podemos distinguir momento a momento nuestros sentimientos, podemos comprendernos a nosotros mismos y por tanto, entrar en un estado introspectivo sobre lo que nos sucede.

A nivel organizacional, esta competencia permite a las personas en roles de liderazgo identificar sus propias fortalezas y debilidades, buscando fortalecer las primeras mientras se minimizan las segundas.


Autorregulación de las emociones

Cuando somos conscientes de las cosas que sentimos y experimentamos, el siguiente paso es la regulación y adaptación de estos al momento oportuno. La capacidad de tranquilizarse a uno mismo, de salir de estados de ansiedad, tristeza o irritabilidad constituyen elementos esenciales a considerar en el desarrollo de esta competencia.

Dentro de las organizaciones, las personas en puestos de liderazgo que desarrollan esta competencia son capaces de transmitir un ambiente de confianza y equidad con sus colaboradores, impactando positivamente el desempeño de sus labores.

 
Automotivación

Cuando podemos identificar y regular nuestras propias emociones es importante direccionarlas adecuadamente hacia nuestros objetivos, de esta manera podemos concentrarnos e impulsarnos a la consecución de lo que buscamos. Un gran ejemplo de la aplicación de esto son los resultados que obtenemos en cualquier proyecto después de sumergirnos en un estado de “flow” (caracterizado por ser un estado mental donde la persona está completamente inmersa en la actividad que ejecuta).

 
Empatía

El reconocimiento de las emociones ajenas se constituye como otra capacidad asentada en la inteligencia emocional. Las personas con esta competencia desarrollada pueden sintonizar con mayor facilidad con las necesidades de los demás pudiendo comprender de mejor manera el estado emocional y los sentimientos del otro.

Esta competencia permite a los líderes comprender las necesidades no técnicas de sus colaboradores ante el cambio y disminuyendo los efectos de la resistencia al mismo mientras se lleva a cabo.

 
Habilidades Sociales e Influencia

La manera en que nos comunicamos puede potenciar o limitar nuestra capacidad de estimular las relaciones sociales e influir positivamente en otros.

En las organizaciones, la habilidad de lidiar adecuadamente con las emociones ajenas e influir en ellas es una competencia clave en la gestión de equipos que permite promover cambios en la manera en que se hacen las cosas en las organizaciones. Mediante herramientas como la comunicación asertiva, las personas que cuentan con esta competencia pueden impulsar cambios tecnológicos que -de otra manera- no podrían establecerse.

A modo de conclusión, la inteligencia emocional, caracterizada por diversos autores como un conjunto de competencias que permiten la adaptación al cambio por medio del conocimiento, regulación, y orientación de los sentimientos hacia un objetivo específico (en el caso personal), junto con la empatía y la influencia en otros (en el plano de gestión de equipos), entrega herramientas claves para las organizaciones cuando hablamos de gestión del cambio y liderazgo, potenciando el papel de los líderes frente a sus equipos cuando nos enfrentamos a contextos de cambio y transformación digital.

Herramientas como la plataforma de hcmfront apoyan en este sentido a la transformación digital de las organizaciones empoderando a las personas en esta para tomar mejores decisiones y ejercer de mejor manera su liderazgo.

Referencias

Goleman, D. (1996). Inteligencia emocional.

Salovey, P., & Mayer, J. D. (1989). Emotional Intelligence. Imagination, Cognition, and Personality.



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