Impulsar el talento en la organización es un acierto que impacta en los niveles de productividad, reduce costos y genera un entorno participativo y de confianza donde las personas sienten que sus ambiciones son tomadas en cuenta.
Por lo mismo, es importante que líderes, jefaturas y colaboradores entiendan qué significa ser talento y qué hacer para desarrollarlo, de tal manera que se convierta en una ventaja competitiva para la organización.
Ahora bien, ¿cuánto cuesta el desarrollo profesional de los talentos en la organización? Para comprenderlo mejor, Julio Crovetto, actualmente Customer Success Manager en hcmfront explica a continuación cuál es el valor del desarrollo de talentos y los costos para lograrlo.
Invertir en el desarrollo y crecimiento de los talentos es invertir en el motor de la organización, pues son la parte humana que la mantiene funcionando. Al hacerlo se demuestra respeto por lo que son capaces de lograr, mejora el trabajo en equipo, hay mayor motivación por adquirir más conocimientos del quehacer de la organización y por ende, persiste una productividad óptima.
Por el contrario, cuando no existe un plan de acción que alinee estratégicamente el desarrollo profesional de los colaboradores, estos no perduran en la organización; la confianza y el engagement se pierden y se tienen que reconstruir una y otra vez.
En cambio, si tu organización gestiona a sus talentos se convierte en un mejor sitio para trabajar, tanto para los que ya están como para los que se integren más adelante, pues son conscientes de que el talento se incentiva y que hay oportunidades, lo que impulsa a que saquen lo mejor de sí y a trabajar de forma comunicativa y colaborativa.
El costo de gestionar el talento es variable, esto porque primero se deben tomar en cuenta las necesidades y tamaño de la organización y, a partir de ahí, desarrollar un plan de crecimiento para todos.
A pesar de que durante mucho tiempo se consideró impulsar únicamente al “top talent” de la organización, hoy en día estamos en una etapa donde todos los colaboradores ocupan un lugar desde el cual pueden ser talentosos.
La responsabilidad de los líderes consiste en encontrar la forma de que todos desarrollen sus talentos desde sus puestos y, por supuesto, con base en sus ambiciones personales y las oportunidades que ofrezca la organización.
Impulsar solo al “top talent” es un buen ejercicio, pero a veces es insuficiente ya que aproximadamente el 90% de la organización no siempre terminan siendo parte. Al hacerlo así, se crea una mala comunicación, los trabajadores pierden la esperanza de crecer algún día y se obstruye la construcción de un clima organizacional sano.
Estos son algunos de los pasos a seguir:
Los líderes necesitan comprender el valor de cada colaborador, tomando en cuenta su puesto, especialidad, conocimientos y lo que pueden aportar (sean gerentes, operadores, choferes, etc.).
Se debe comunicar este entendimiento organizacional para que todas las demás áreas lo repliquen, valoren, refuercen y reconozcan. Debe estar presente a lo largo de todos los subsistemas de Recursos Humanos: selección, capacitación, onboarding, evaluación de desempeño y evaluación de engagement, clima y cultura.
Es necesario generar distintos hitos a lo largo del año que ayuden a evaluar el desempeño y a tener un proceso de selección que comprenda la revisión y valoración del talento, en relación con los objetivos del plan.
Gestionar de forma manual todos estos aspectos es inadministrable, por ello es clave que utilices tecnología: automatiza mensajes de lo que la organización espera de las personas, garantiza confidencialidad y mide variables para una mejor toma de decisiones, ya que la analítica de Big Data ayuda a la gestión de talento.
En este contexto, la inversión en desarrollo de talentos es menor comparada con los costos que surgen cuando las personas se van, pues la rotación implica empezar de nuevo con los procesos de reclutamiento, dejar de producir durante los meses que los puestos quedan vacíos, hacer otra vez inducciones y capacitaciones y retomar los procesos de contratación.
Además, con los desarrollos de hoy en día no hay excusa para no probar las herramientas tecnológicas al alcance y disminuir aún más la inversión en el desarrollo de talentos. Son soluciones que, comparadas con procesos manuales, reducen costos y tiempos en:
Vale la pena destacar que el desarrollo de talentos en la organización es un costo y no un gasto, porque al final del día todo se retorna en productividad y en la formación de un equipo sólido y comprometido. Contrario a cuando no hay un plan de crecimiento y lo primero que buscan todos es irse de un lugar que no los reconoce ni confía en ellos.
Ahora que sabes que la tecnología es tu aliada, evalúa tus alternativas y potencia el desarrollo profesional de tus talentos a través de una estrategia integral para repercutir no solo en su felicidad, sino también en la competitividad de tu organización.
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